Cambio

Sí, es posible. Todos podemos hacerlo. Y el cambio muchas veces se logra poco a poco. Pero, eso sí, hay que tener la intención de conseguirlo.

Son tantas las ocasiones en las que nos apartamos del camino. Aunque la ruta esté bien trazada; aunque el sendero esté bien delimitado; aunque por las noches haya un faro que ilumina nuestras pisadas,…nos salimos.

Algunas veces porque nos alejamos conscientemente, otras, sin darnos cuenta. Pero nos extraviamos, y extraviamos a quienes están a nuestro lado.

Da mucha pena cuando se escucha a un adolescente decir que él ya tiene el criterio formado, y que nadie lo va a cambiar, al referirse a temas muy delicados.

Es entonces cuando debemos actuar…y rezar. Primero, conociendo qué es lo que lo ha llevado a cerrarse a una posibilidad de cambio. Y luego, buscando ayuda. No debemos dejar que alguien se pierda, y mucho más si es nuestro hijo, a quien todavía lo podemos moldear.

El cambio se puede lograr también, previniendo. Y la mejor forma de prevención –en relación con nuestros hijos-, es no abandonarlos. Estar permanentemente a su lado. Ellos necesitan, hoy más que nunca, nuestra presencia junto a sus vidas.