Aprendamos a ser felices

Aprender…

…A ser felices con lo que tenemos. Se puede contar con mucho –o poco- dinero; con muy buena –o deteriorada- salud; ser un buen deportista, o no poseer las condiciones físicas imprescindibles para destacar en algunas de las tantas competencias que se realizan.

Lo cierto es que podemos ser felices con lo que disponemos. No vale quejarse, y mucho menos cuando ese lamento es repetitivo desde la niñez. La autocompasión infantil generará problemas muy serios en la adolescencia, que podrían marcar huellas difíciles de borrar.

¿Qué no tiene mucho dinero?…Verá… una vida austera enseña a la familia a no derrochar los bienes materiales. ¿Qué no tiene una buena salud? Muchas personas, en todo el mundo, viven con limitaciones físicas; desde seres humanos a quienes les falta un brazo, hasta quien vino al mundo sin las cuatro extremidades (Nick Vujicic),… y son felices. ¿Qué no es un buen deportista?, pero, ¿a dónde deja el arte musical, literario, plástico, o sus logros académicos?

Dios quiere llenar el mundo de personas de toda condición social, raza,… Se contenta con los ricos y los pobres; con los saludables y los enfermos; con los deportistas, con los artistas, con quienes embellecen los jardines, con los trabajadores manuales e intelectuales.

Tenemos que agradecerle al Señor por esta vida –algunas veces limitada por diversos factores-, porque nos permite respirar aire puro, ver una caída de sol, vivir con la esperanza de mejorar cada día,… comenzar y recomenzar.

Aprendamos a ser felices.